Élmer Mendoza, de quien ya he escrito antes en este espacio,
publicó en 1989 un libro de cuentos llamado Trancapalanca.
Los cuentos son de lo más variado en temática y no salen del
estilo que Mendoza ha pulido a lo largo de los años, aun cuando este libro es
previo a los que le hicieron famoso con la serie de Edgar Mendieta, el Zurdo, incluso
antes de Un asesino solitario, la
novela que lo puso en el candelero, antes de El amante de Janis Joplin.
Algunos de los cuentos son, en palabras del mismo Mendoza, descaradamente
cortazarianos, con neologismos muy en el estilo del argentino pero en palabras
muy del sinaloense.
De entre los cuentos, todos recomendables, uno de los que yo
encuentro mejores es La solución y
otro, igualmente disfrutable, es lo que parece una narración de un combate de
box en Boxeo es más que un anglicismo.
Este escritor es uno de los mejores del género que han
llamado narcoliteratura, pero que yo creo que no deja de ser novela negra.
Se lo recomiendo.
Élmer Mendoza,
from who I’ve write before in this blog, published in 1989 a short stories
volume named Trancapalanca.
This
stories are very different between them but they never go out of the narrative
style Mendoza has improved along his writing years, even being this book
previous to those that projected him, the Edgar Lefty Mendoza series, even before to A lonely murderer, the novel that put him in the spot, before than Janis Joplin’s lover.
Some stories
are, in Mendoza’s words, brazenly Julio Cortázar’s style, using neologisms much
in the style of the Argentinian but very in words of the Sinaloan.
From those
stories, all of them enjoyable, I recall The
solution and Boxing is much more than
an Anglicism, a boxing match that makes you remember radio transmissions.
This writer
is one of the best from that genre so called drug-dealer-literature which, I
think, is still black novel.
I recommend
it to you.