sábado, 9 de mayo de 2009

En descargo


El maestro Mario García, ingeniero y literato, amigo y escritor, tal vez la única persona que lee mi blog (si hay otras, deberían dejar un comentario de vez en cuando), me preguntó por qué chingaos he dejado de escribir. La respuesta es sencilla: la especialidad me quita mucho tiempo. Pero ahora que he encontrado cómo distribuir mi tiempo, regreso a las letras.
Mentira.
La razón principal es, en realidad, que nada de lo que he escrito últimamente me gusta y eso incluye las notas postanestésicas de mis pacientes. Aunque no me considero un escritor, porque el teclear dos palabras juntas no es lo mismo que escribir, me sentí como aquel personaje de Stephen King, Michael Noonan, el protagonista de Bag of bones, el que sufre un bloqueo de escritor (pronto les presento un resumen).
Pero, haciendo un esfuerzo, prometo escribir más frecuentemente.
Pensándolo bien, eso de que alguien reclame porque uno ha dejado de hacer algo es estimulante.

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