sábado, 28 de diciembre de 2013

El club Dumas




Arturo Pérez-Reverte

A mí, que me gusta la novela policiaca y que me gustan los libros viejos, esta obra me ha parecido una bella conjugación de ambos.
En ella un cazador de libros, Lucas Corso, es contratado para autenticar la autoría de una obra atribuida a Alejandro Dumas, por un lado, y para buscar un ejemplar legítimo de un libro del XVII que llevó a su editor y probable autor a la hoguera. Además de narrar la disoluta vida de Dumas, el autor de esta novela nos lleva a recorrer el camino de un libro proscrito que sigue cobrando su cuota de vidas y la interpretación de algunas láminas que guardan sutiles señales de misterio.
Los personajes son arquetípicos: Corso es solitario, desgarbado, descrito como poseedor de un gesto lobuno, enfundado en una gabardina, siempre cargando un morral, bien podría ser interpretado por Demián Bichir. Boris Balkan, el experto en literatura del XIX, es elegante, sobrio en sus gustos mundanos y literarios, elocuente en el hablar y el proceder, el papel ideal para el mismo Pérez-Reverte si actuara. Liliana Taillefer es una rubia escultural  y elegante, con ese toque de maldad mal contenida que acompaña a la sensualidad, en mi mente fue representada con la actuación de Charlize Theron (aunque es difícil imaginársela actuando junto a Bichir). Varo Borja, quien bien podría haber sido interpretado por Danny DeVito, un coleccionista de libros que tiene algo de porcino en su proceder; e Irene Adler, la infaltable aparición esporádica, una mujer que nadie sabe bien a bien por qué aparece en la obra leyendo cada vez un libro diferente, haciendo de ángel guardián de Corso, con predictibles capacidades de lucha cuerpo a cuerpo, es un personaje que se me antoja para que lo interprete Bárbara Mori (más por su físico –especialmente cuando tenía el cabello al rape– que por sus capacidades actorales). También están las comparsas: los hermanos libreros, restauradores, enjutos, pequeños y consumidos por el tabaco, serían magistralmente actuados por el personaje de El grito de Edvard Munch si fuera real. El hombre al que se da el nombre de Rochefort, fumador de puros Montecristo (para hacer más novelesca la novela, aludiendo a la obra de Dumas), con una cicatriz que le cruza el rostro, es el personaje ideal para que lo interprete Jürgen Prochnow, aquel actor que hizo el papel de Jesús en La séptima profecía, junto a Demmy Moore (para los más jóvenes, es el administrador de las cajas de seguridad en la versión cinematográfica de El código Da Vinci, el que maneja el camión blindado).
Ya sé que ya hay una versión en cine con Johnny Deep, que no he visto, por cierto, pero es así como yo me los imaginé al leer el libro y como este es mi blog, pues así quiero describirlos.
La novela, por otro lado, tiene una extraña combinación de momentos de gran intensidad y otros de suma apatía y es posible que no sea considerada como la mejor de Pérez-Reverte, especialmente cuando se le compara con El asedio o con las que componen la serie del Capitán Alatriste, sin embargo, repito, es un libro muy entretenido.
Para aquellos que de Pérez-Reverte sólo han leído La reina del sur, olvídense de historias de narcos mexicanos (si quieren leer de ésas, les recomiendo ampliamente a Elmer Mendoza, del cual hablaré luego) y dense la oportunidad de leer una obra de ficción que mezcla la historia y la novela policiaca. Aunque la trama no sea de lo más brillante o la obra esté plagada de clichés, la capacidad narradora de Arturo Pérez-Reverte no puede discutirse. Es, en resumen un libro entretenido que vale la pena leer para pasar un par de tardes de lluvia sin salir de casa.
Como siempre, espero que si alguien tiene algo que aportar, lo haga por esta vía.
Gracias por leer.


To me, fan of both black novel and old books, I found this book a beautiful combination of both.
In the play a book hunter, Lucas Corso, is hired to authenticate authorship of a work attributed to Alexandre Dumas, on one hand, and to find a legitimate copy of a book of the Seventeenth Century that leaded its editor and probable author into Inquisition Campfire. In addition to outlining the dissolute life of Dumas, the author of this novel takes us down the path of a banned book that is taking a toll of lives and the interpretation of some subtle signals in lithographs that keep misteries.
The characters are archetypal: Corso is lonely, gawky, owner of a wolfish gesture, always wearing a trench coat, always carrying a backpack, might well be played by Demian Bichir. Boris Balkan, expert literature of the Nineteenth Century is elegant, sober in their worldly and literary tastes, eloquent in speech and behavior, the ideal role for the same Pérez -Reverte if he could act. Liliana Taillefer is a statuesque blonde, elegant, with the touch of contained evil accompanying sensuality, in my mind was starring by Charlize Theron (though it's hard to imagine her playing opposite to Bichir). Varo Borja, who might well have been played by Danny DeVito, is a book collector with something porcine in his behavior, and Irene Adler, the inevitable sporadic appearance, a woman that nobody quite knows why she appears in the play, reading each time a different book , acting as Corso´s guardian angel, with somehow close combat predictable capabilities, is a character that seems to me ideal to be interpret Barbara Mori (more for her physical –especially when her hair was cropped, that for her acting abilities). Then there are the extras: the bookseller brothers, restaurateurs, dried, and consumed by cigars, they would be masterfully acted by the character of The Scream by Edvard Munch if a real thing. The man dubbed Rochefort (Montecristo cigar smoker to make a more fictional novel, alluding to the work of Dumas), with a scar across his face, is the ideal character to be interpreted by Jürgen Prochnow, that actor who played Jesus in the Seventh Sign, with Demmy Moore (for the younger ones, is the administrator of the safety boxes deposit in the film the Da Vinci Code, the one that which manages the armored truck).
I know there is already a film version with Johnny Deep, I have not seen, by the way, but that's how I imagined while reading the book and as this is my blog, I describe them as well.
The novel, on the other hand, has a strange combination of intense moments and other extremely apathetic and may not be considered the best of Pérez- Reverte, especially when compared with The Siege or those that make up the Captain Alatriste series, however, again, is a very entertaining book .
For those that only have read Pérez- Reverte´s Queen of the South, forget stories of Mexican narcos (if you want to read those, I highly recommend Elmer Mendoza, which I will discuss later) and give yourself the opportunity to read a work of fiction blending literature and detective story. Although the plot is not the most brilliant and the work is riddled with clichés, the narrator capability of Arturo Pérez- Reverte cannot be disputed. It is, in short, an entertaining book that is worth reading for a couple of rainy afternoons without leaving home.
As always, I hope that if anyone has something to contribute, do it for this route.
Thanks for reading.


Pérez-Reverte A, El club Dumás, editorial Punto de Lectura, México, rústica, 448 páginas, 1993 
Imagen: Google

sábado, 7 de diciembre de 2013

1Q84





 

Voy a vivir un poco más aquí y ver qué sucede. La muerte siempre puede esperar. Quizá.
Aomame

Haruki Murakami (Kioto, 1949) es uno de los autores japoneses más reconocidos en la actualidad. Ganador de una serie de premios nacionales e internacionales (cuyos nombres no he de mencionar aquí por dos razones: a nadie que no sea docto en literatura le interesan y algunos son difíciles de recordar), es considerado uno de los principales autores de culto de la actualidad. Entre las obras que ha publicado se encuentra ésta, 1Q84, en japonés, Ichi-Kew-Hachi-Yon, compuesto de tres libros y publicado en México por Maxi Tusquets (enero 2013), su título hace un juego de palabras y números en que se hace referencia al año 1984 ya que en japonés el número 9 (Kyū) y la letra Q (Kew) se escriben con diferente ideograma pero se pronuncian igual. Posiblemente esto obedezca a que la historia es un viaje entre dos dimensiones paralelas, superpuestas, entre las cuales los personajes se mueven indistintamente y sin quererlo, arrastrados por los acontecimientos que ellos mismos van provocando. Muchas personas que usted puede leer en internet o en reseñas y revistas literarias hacen un paralelismo entre esta obra y 1984 de Orwell, sin embargo, a mí no me lo ha parecido en absoluto.
          En esta novela la vida de Aomame y su labor de vengadora se entremezclan con la vida de Tengo, corrector de estilo y escritor de novelas que se ve inmiscuido en la corrección de una obra escrita por Fukaeri, adolescente con algo de extraño en su comportamiento.
          Pero la novela cuenta con otros personajes tan interesantes como ellos: Tamaru, Ushikawa, la anciana de la casa de los álamos, el Líder, los guardaespaldas vestidos de negro, la Little People…
Una narración que parece repetitiva es constante en esta obra, sin embargo, esa repetición obedece a la visión que de los acontecimientos va teniendo cada uno de los personajes en momentos diferentes. Pese a su extensión, no es una novela tediosa, sino más bien, una de esas que uno quiere terminar pronto porque disfruta enormemente leyéndola.
      La descripción del Japón de los años ochenta, cuando las computadoras eran grandes armatostes, cuando existían esos anuncios publicitarios de la petrolera Esso y su tigre icónico, llevan al lector por el carril de los recuerdos y son el sello de Murakami. El autor vive los años ochenta (esa época que muchos dicen querer olvidar) a plenitud, regodeándose en sus experiencias personales (ya hemos dicho: qué es la literatura sino nuestra propia visión del mundo) y haciéndonos partícipes de su memoria, despertándonos reminiscencias que siempre han estado ahí pero que hemos olvidado de algún modo.
          Y la luna. La luna es compañera imprescindible del ser humano desde que es. Diosa, augurio, presagio, demonio, belleza, misterio, ambigüedad, luz en la sombra, se convierte en esta obra en la representación del portal entre dos dimensiones: una vez que en el cielo se ve esa luna blanca, brillante junto a su igual, verde y decaída, más pequeña y deforme, se sabe que se pasó de 1984 a 1Q84. Es como el cartel que indica el nombre de la calle a la que se ha llegado por error, confirmándonos que nos hemos perdido en el camino y que, sin embargo y pese a la sorpresa, no podemos abandonar.
         Pero la novela tiene otros elementos más mundanos que la hacen entrañable. Descripciones entre líneas del modo de vida, de la espiritualidad, de la sexualidad de Japón y sus habitantes. Para quienes gustamos de la cultura japonesa, éste es un buen manual de iniciación.
          Algo que quiero resaltar es la sexualidad. En las cuatro novelas de Murakami que he leído (Tokio blues, 1Q84, Después del terremoto y Sauce ciego, mujer dormida), él habla del sexo con claridad, con todas sus letras. Sin caer en la vulgaridad, Murakami pone al sexo en su justa dimensión, con la intensidad y la frecuencia que tiene en la vida real, sin florituras románticas y sin bajezas pornográficas.
         Los personajes enfrentan la muerte y la encaran a su modo, con respeto, con veneración, como lo que es: parte de la vida.[1] Pero la muerte en la novela trasciende a la perdida de la vida. Lo mismo que en la vida real. Los fantasmas, un tema recurrente en la cultura japonesa, se hacen presentes en esta obra, sin que se haya delimitado para ellos una frontera entre el ser espíritus y su vida cotidiana.
En resumen: que es un libro que vale la pena. No sólo es una novela de ciencia ficción-policiaca-fantástica a un tiempo, sino que es como un portal a un mundo que la mayoría de los occidentales no conocemos o del que sólo tenemos referencias occidentalizadas, ya por el cine, ya porque lo vemos sólo como el misterioso y profundo oriente. Nada que ver con El Tigre y el Dragón, nada que ver con Black Rain, nada con Yakuza, Honda, Mitzubishi. Nada que ven con nada que yo haya leído o visto antes.
         Dos pulgares arriba para esta obra y su autor quien ya ocupa el lugar central de mi librero.



I'll live a little longer and see what happens here. Death can always wait. Maybe. 
Aomame


Haruki Murakami (Kyoto, 1949) is one of the most renowned Japanese authors today. Winner of a number of national and international awards (names I will not mention here for two reasons: they´re not of the interest for anyone who is not learned in literature and some are hard to remember), is considered one of the principal cult writers today. Among the works he has published is 1Q84, in Japanese, Ichi-Hachi-Kew-Yon, composed of three books and published in Mexico by Maxi Tusquets (January 2013), the title is a play on words and numbers that makes reference to the year 1984 since in Japanese the number 9 (Kyu) and the letter Q (Kew) are written with different ideogram but are pronounced the same. Possibly this obeys the fact that the story is a journey between two parallel, overlapping dimensions among which the characters move, drawn by the events that they are causing themselves. Many people that you can read online or in magazines and literary reviews make parallels between this work and Orwell's 1984, however, to me it has not seemed at all.
In this novel, Aomame's work as avenger is interspersed with the life of Tengo, copyeditor and writer who is intruded in correcting a paperback written by Fukaeri, teen with something strange in her behavior work.
But the novel has other such interesting characters as: Tamaru, Ushikawa, the old lady from house of the poplars, the Leader, bodyguards in black suits, the Little People...
A narrative that seems repetitive is constant in this work, however, this repetition reflects the vision of events is having each of the characters at different times. Despite its size, it is not a tedious novel, but rather, one of those that you want to end soon because greatly enjoys reading it.
The description of Japan in the eighties, when computers were hulks, when the Esso oil company and its iconic tiger were ads in the streets, takes the reader through the memory lane and are the hallmarks of Murakami. The author live eighties (the time that many say they want to forget) to the fullest, reveling in their personal experiences (I´ve said : what the literature but our own view of the world) and making us sharers in his memory, awakening reminiscences that always have been there but we have somehow forgotten.
And the moon. The moon is indispensable companion of man since it is. Goddess, omen, portent, demon, beauty, mystery, ambiguity, light shade, this work becomes the representation of the portal between two dimensions: once in the sky is that white moon, bright, aside to its equal, green and decayed, smaller and deformed, one knows to be entered from 1984 to 1Q84 . It's like the sign indicating the name of the street that has been reached by mistake, confirming that we have lost along the way and yet despite the surprise, we cannot abandon.
But the novel has other more mundane elements that make it endearing. Descriptions inline way of life, spirituality, sexuality of Japan and its people. For those who like Japanese culture, this is a good manual initiation.
Something I want to highlight is sexuality. In the four novels from Murakami I've read (Tokyo blues, 1Q84, After the earthquake and Blind willow, sleeping woman), he speaks of sex with all its letters. Without falling into vulgarity, Murakami puts sex in its proper perspective, with the intensity and frequency in real life, without romantic frills or porn meanness.
The characters face death their own way, with respect, veneration, as it is part of life. But death in the novel transcends the loss of life. As in real life. Ghosts, a recurring theme in Japanese culture, are present in this work, without having defined a border for them between the spirits being and their daily lives.
In short, it is a book worth to be read. Not just a science fiction-thriller-fantastic novel at a time, but it is like a portal to a world that most Westerners do not know or that we only have westernized references, as cinema, and we see just as the mysterious and deep east. Nothing to do with Crouching Tiger, Hidden Dragon, nothing to do with Black Rain, anything with Yakuza, Honda, Mitzubishi. Nothing to see with anything I have read or seen before.
Two thumbs up for this work and its author who already occupies the central place in my bookshelf.







[1] Ya habrá que hacer un texto sobre la muerte y la vida. Ha estado madurando en mi cabeza pero aún no he podido ponerlo en papel. ¿Es la muerte realmente parte de la vida o es consecución de la misma? Como dijo Epicuro: la muerte es una quimera porque mientras yo existo, la muerte no existe y cuando la muerte es, yo ya no existo. Es un tema interesante en el que se pueden mezclar las concepciones médicas y filosóficas. Ya veremos.


Imagen: http://www.publico.es/culturas/464366/murakami-mcewan-o-mankell-apuestas-editoriales-para-este-otono