miércoles, 4 de noviembre de 2020

Sabemos cómo vamos a morir, Zumárraga y la Inquisición mexicana, los Arcángeles y Cuauhtémoc, la defensa del quinto Sol. 

 

¿Se han preguntado ustedes por qué los judíos no vencieron a los nazis durante el asedio, toma y confinamiento que sufrieron en el gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial?
Yo sí que me lo pregunté durante muchos años y mis respuestas eran simples, condicionadas por el cine, limitadas por la falta de información. Es falso que no se hayan levantado. y no se levantaron solo algunos individuos, sino grupos enteros organizados como el Hashomer Hatzair, gente de izquierda del Judenrat, el Dror y otros más, casi todos integrados por jóvenes (jovencitos de 12 a 17 ó 18 años), quienes se organizaron contrabandeando armas (Hashomer inició con dos, sí, dos pistolas viejas), fabricando bombas caseras de tubo, robando granadas de mano y armamento a los nazis muertos dentro y fuera de la ciudad. Porque la lucha por Varsovia no se llevó a cabo solamente dentro del gueto, sino en los bosques que rodeaban la ciudad. La comunidad semita de Europa se defendió a tiros y fuego contra la barbarie nacionalsocialista hitleriana. 
En el gueto la resistencia se enfrentó a la ensoberbecida SS que, eventualmente y ante las derrotas que sufrían frente a los rebeldes, debió recurrir al ejército regular, incluyendo una división Panzer que bombardeó los edificios, claro, con los habitantes dentro. Incluso la Luftwaffe bombardeó el gueto con aviones Stuka. 
La resistencia sabía cómo iba a morir, claro, pero decidió luchar antes que dejarse llevar al matadero como ganado. Jóvenes, niños, mujeres y ancianos por igual se opusieron a la "solución final al problema judío" hasta que fueron, los últimos, ametrallados frente al muro del gueto.
Sé que la visión de que el pueblo judío moría sin resistirse es falsa, peliculesca, consecuencia, ya dije, de la falta de información, producto de estereotipos que nos han sido vendidos tradicionalmente (aquí diré algo que levantará ampolla: yo no creo en la existencia de Ana Frank y su diario. Creo que no es tan difícil crear un personaje heroico y crearle una familia cuando se trata de ensalzar una lucha justa. Y la mano del Mossad es laaarga. Sin pretender discutir con nadie por esta afirmación, y sin intención de ser irrespetuoso, Ana Frank es una víctima inventada y su diario es propaganda. He dicho). Pero ahí están las otras historias sobre la resistencia, como ésta que Taibo nos cuenta.
También como parte de la desinformación a la que hemos sido sometidos históricamente por parte del Estado Mexicano está la historia de Juan de Zumárraga, primer obispo e inquisidor de la Nueva España. No crea que voy a hacer una apología de este bárbaro que no merece respeto. pero el libro de Greenleaf nos ofrece datos muy interesantes sobre los procesos que Zumárraga debió presidir y las trabas que se encontró en el camino. Por ejemplo: él era obispo de México y su autoridad acababa en México, no llegaba a Nueva Vizcaya, a Nueva Galicia o a Guatemala. Pero su poder como inquisidor, sí.
Los procesos son una sarta de absurdos: que si alguien me caía mal lo acuso de hereje, de judaizante, de circunciso (¿quién le anda viendo el pene al vecino, caray?), de marrano, de moro o de idólatra (que fueron los más de los juicios). Zumárraga y sus muchachos se dieron gusto con la tortura, el castigo físico, la expropiación de bienes que pasaban  inmediatamente a ser erario de la iglesia, que recurrían a la humillación para "extirpar" de entre los indios la idolatría de las piedras donde residían sus dioses (¿qué es sino idolatría la Iglesia Católica, con el Santísimo, el crucifijo, los santos, las vírgenes...? Pero a diferencia de los ídolos nativos, de piedra tosca, los católicos son blanquitos, de yeso, bien proporcionados, bien vestidos y no andaban por el mundo con la lengua de fuera y faldas hechas de serpientes, comiéndose los corazones de los enemigos ¿no?. La hechicería era otro de los males a los que se enfrentó Zumárraga y su grupo de élite (¿qué es el exorcismo sino hechicería?), lo mismo que el politeísmo (pero la Iglesia Católica tiene tantos santos y vírgenes y beatos como los nativos americanos tuvieron deidades mayores y menores, ¿eso no es politeísmo?); también tuvieron que enfrentar al pecado nefando, muy común entre los nativos (¿y la pederastia de los católicos, qué?). Todo en defensa de la fe, claro. Pero Greenleaf lo cuenta muy bien, y el valor de su obra estriba en poner al alcance del lector común (los que no tenemos acceso al Archivo General de la Nación), los textos de esos procesos, citando nombres y fechas. Por cierto, que la firma de Zumárraga estaba muy chida.
Pero si Zumárraga  apeló a dios, no hubiera apelado a los Arcángeles de Taibo. El libro que yo tengo es edición 1988 y lo compré por internet. Sólo contiene 4 historias de revolucionarios: Max Hölz, Librado Rivera, el Sindicato Mexicano de Pintores (del que yo sólo rescataría a Revueltas y asesinaría a Siqueiros y Rivera) y el grupo anarquista de Los Errantes, del que destaca Buenaventura Durruti. Es un libelo fácil de leer, con episodios muy emotivos, como el de Librado Rivera. Pero la edición nueva tiene a personajes más entrañables aún, como Juan Ranulfo Escudero, primer alcalde socialista de México, en Acapulco, muerto dos veces (ya el libro lo explicará cuando lo lean) y Larisa Reisner, la joven periodista que narró los inicios y la expansión de la Revolución Rusa. Ojalá pronto lo consiga en físico, aunque sé que se puede descargar gratuitamente de la página de la Brigada para Leer en Libertad.
Por último, Cuauhtémoc, la defensa del quinto sol de Pedro Ángel Palou. yo estaba ilusionado con este libro porque acababa de leer (hace dos semanas) Cárdenas, Tierra Roja, del mismo autor y, la verdad, me encantó. Pero éste rompió el encanto. Se parece mucho a aquel Azteca de Gary Jennings en la narrativa. y los personajes, al final, me recordaron de modo casi idéntico al periodista miope, al enano y a Jurema, los sobrevivientes de Canudos en La Guerra del Fin del Mundo de Mario Vargas Llosa. Pero léalo, a lo mejor a usted sí que le gusta.
 
Aquí le dejo los títulos: 
 
1. Taibo II, PI, Sabemos cómo vamos a morir. Una resistencia imposible: la historia del levantamiento del gueto de Varsovia, Planeta, 2020
2. Greenleaf, RE, Zumárraga y la INquisición mexicana, 1536-1543, FCE, 1988
3. Taibo II, PI, Arcángeles. Cuatro historias no muy ortodoxas de revolucionarios, Alianza editorial mexicana, 1988
4. Palou, PA, Cuauhtémoc, la defensa del quinto sol, Booket-Planeta, 2008

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